¿Es el reciclaje químico la solución a la contaminación?


El mundo entero sigue buscando soluciones a la contaminación ambiental y en cómo se puede disminuir la contaminación en los ecosistemas acuáticos. En medio de esta problemática, el reciclaje químico se plantea como una solución. ¿En qué consiste?
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Por si no lo sabías hay varios tipos de reciclaje dependiendo también de los materiales. Una cosa es trabajar el vidrio reciclado, el cartón reciclado, o el papel reciclado y otra es pensar en el reciclaje de plástico. Sobre este último, es muy normal que se trabaje en el llamado “reciclaje mecánico” donde se permite reducir el tamaño de botellas de plástico, por ejemplo, a pequeñas partículas llamadas pellets para así ser transformados nuevamente en otros productos. Sin embargo, y aunque existe hace varios años, la otra opción que viene ganando fuerza es el “reciclaje químico” que devuelve el plástico a su forma original, a sus componentes originales, para así convertirlo en materia prima de “primera calidad”.
Según lo explica el portal plástico.com, hay varios procedimientos, pero en resumen se busca reducir el tamaño del plástico para tratarlo con alguna combinación de agua, calor, presión y enzimas, que hace que el plástico se rompa en los elementos que lo conformaron. “Estos químicos pueden re-polimerizarse en resinas de la misma calidad de la materia prima virgen, o pueden utilizarse como combustible, o materia prima para otros productos. Lo más atractivo de este procedimiento es que permite recuperar plásticos que no se pueden reciclar mecánicamente: por ejemplo, plásticos multicapa, residuos altamente contaminados, o plásticos que han estado en el mar y han sufrido una severa degradación ambiental por radiación UV”, dice el portal.
Las ventajas del reciclaje químico en comparación con el reciclaje mecánico, es que, al regresar al plástico a la materia prima, de ahí pueden surgir productos de primera calidad pero también permite reciclar todo tipo de plástico, incluso los residuos plásticos que se han encontrado en ecosistemas acuáticos para, de paso, ayudar a limpiar el agua, una de las grandes preocupaciones de los ambientalistas y el mundo en general. El reciclaje mecánico tiene algunas desventajas en este sentido pues no siempre puede reciclar todos los tipos de plástico -como el poliuretano- pero también, al reciclar y reciclar varias veces, el plástico va perdiendo su calidad y no siempre aguanta varios procesos de reciclaje antes de convertirse en un nuevo producto que tenga un nuevo uso.
“La gran virtud del reciclaje químico es que puede recuperar cualquier tipo de material plástico y convertirlo en materia prima de primera calidad; no importa el origen ni el uso que se le haya dado. Es posible por ejemplo recuperar fibras de PET, o ropa de PET, para convertirlos en materia prima virgen y hacer nuevamente botellas. Luego es una forma de cerrar el ciclo al 100%”, dice el portal plasticos.com.
Por su parte, Plastics Europe también expone las ventajas del reciclaje químico porque cambia la estructura química y la composición de las corrientes de plástico. Brinda la oportunidad de reciclar flujos de desechos plásticos que de otra manera no podrían ser fácilmente reciclables por medios mecánicos o permite que los plásticos reciclados alcancen más fácilmente el nivel de calidad de las aplicaciones de alta demanda, en particular para el contacto con alimentos. Sin embargo, es un término que cubre una gama de tecnologías más complejas, lo que posiblemente conlleve costos más altos que el reciclaje mecánico.
Precisamente este es el “gran pero” del reciclaje químico y es que tiene un costo elevado y su mayor uso depende de política públicas consolidadas como también de empresas dispuestas a invertir en esta tecnología. Por ahora es una tecnología que complementa el reciclaje mecánico y puede ayudar notoriamente a reducir el impacto ambiental evitando que residuos de basura lleguen a los vertederos, pero también dándole un nuevo uso a plásticos que no pueden ser reciclados desde procesos mecánicos.
El reto del reciclaje químico, sin duda, es encontrar la manera de financiación y de inversión que permita expandir su modelo de desarrollo por todos lo continentes para que sus beneficios se vean a mayor escala. Lo cierto es que es una medida que pinta bien para proteger el medio ambiente y para darle una nueva vida al plástico en momentos donde su consumo sigue disparado y en el que el consumidor, a pesar de tener más conciencia del reciclaje, todavía debe comprometerse más para disminuir la contaminación ambiental.


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